Zar vivía con su mami de dos patas hasta que ésta ingresó en una residencia y él, junto a otros compis, fue echado de casa. Le recogieron en la calle unas personas maravillosas y ahora necesita una familia que pueda darle esa estabilidad que tanto necesita. Es un gato grande, ceporrote y tragón y le gusta tanto una cama como jugar a esconderse. Se entrega desparasitado, vacunado, testada, esterilizado, con chip y cartilla y contrato de adopción